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domingo, 4 de julio de 2010

La mujer sintomática (o sobre los sexos)


El estatuto de lo real es para Lacan ese resto insimbolizable, eso
que no podemos controlar y que nos excede. Digamos coloquialmente
que las circunstancias siempre nos superan en algún punto. Y de
esa inadecuación, de esa falta surge la necesidad de construir algo,
de dar lugar a un intento de respuesta, que siempre es personal.
El mundo de los sentimientos es el mundo "real" por excelencia.
No podemos controlar a los otros, ni a nosotros mismos en ese
ámbito. Los dotes manipulatorios caen necesariamente y uno se siente
inevitablemente, irremediablemente humano.
Y debemos sentirnos agradecidos por esto.
Gracias a que no podemos controlarlo todo tenemos un motivo para
trabajar. Para trabajar sobre nosotros mismos. Si nada falta
la posibilidad de cuestionar y de conocerse esta obturada. La falta,
la falta señores es lo que nos permite la pregunta, la que nos lanza a lo real.
Por eso personalmente no creo en las religiones, ni en los mandamientos
per se. No creo en ninguna doctrina que obture mi falta.
Soy una mujer naturalmente sintomática. Si, yo molesto, enfermo
y confundo a los que no les gusta la incomodidad, a los que
quieren que todo les cierre perfectamente. A los obturadores, yo
les digo: cuidado si se encuentran con una mujer sintomática, por que
no pone la otra mejilla.
La mujer como síntoma es eso: la mujer que cuestiona, que interpela,
la que no se propone como objeto que completa, si no como envoltura
sintomática de un objeto que produce el deseo, pero que nunca lo
obtura. El deseo no se reduce solo al deseo sexual.
Muchos hombres confunden esto con la "histeria", son ignotos. La histeria
es hacer gala de la falta, es la queja permanente, es la inconformidad por la
inconformidad misma, eso no produce nada nuevo, no sirve tampoco.
La mujer como síntoma en cambio funciona como una llave que permite
la entrada al mundo del conocimiento, a la sabiduría.
En general a las religiones la mujer le molesta, por que no saben que hacer con
ella. Les incomoda, entonces la destierran.
Para Buda la mujer como causa del deseo en el hombre era la que le impedía
llegar a la perfección o Nirvana, después reconoció que las mujeres también
podían alcanzar el Nirvana. Para los católicos la mujer es la provocadora por
naturaleza, es la que incita al pecado. En la biblia la mujer hace comer a Adán
del árbol del conocimiento, desterrándolos asi del paraíso. El "paraíso" como
estado
obturado, de no falta.
En realidad la mujer es la pregunta. Es esa hiancia(fisura, falla) que nos
permite cuestionarnos sobre los sexos, sobre las relaciones, sobre el
deseo
: ¿que quiere una mujer?, ¿que es ser una mujer?.
Que hombre no se pregunto eso alguna vez. Para Freud la mujer es "ese
territorio oscuro". Para mi la mujer es la puerta a lo real. Aunque no todos
están preparados para enfrentarse con ese real.
El encuentro con el otro sexo, el buen encuentro debe permitir un
crecimiento, debe proveer de algo nuevo, sui generi. Ese encuentro
esta posibilitado por la diferencia real entre los sexos y por la
inexistencia
de la posibilidad de completud absoluta. De la
incompletud nace la posibilidad del encuentro y del buen encuentro,
nace lo nuevo.

Rebelde, si....pero con causa!.

Y no le tengo miedo al agua bendita...¬¬

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy muy buena tu reflexión!!!! entre la teoría, la realidad o sea entre lo imaginario, lo simbólico y entreabriendo la puerta a lo Real!!!
La mujer que des-vela !!!!
genial
Gracias
Carla

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