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jueves, 1 de julio de 2010

Contingencia


Ella lo conoce una noche de invierno en una fiesta, de esas a las
que uno va por que se lo prometió a unos amigos que desesperadamente
quieren sacarte del letargo producido por un desamor reciente que tarda
en dejar lugar para algo nuevo.
Cuando lo vio, no sintió nada.
Poco a poco en el devenir de una charla grupal poco interesante, se van
acercando e intercambian un par de palabras. Algo pasa.
La noche transcurre sin penas ni glorias y como quien no quiere la cosa,
las cosas pasan.
Entre comentarios desatinados y chistes malos él trata desesperadamente
de pilotear la situación. Ella se deja guiar, no es lindo, pero tiene algo.
Ella le pregunta en un momento: "¿sos gay?". El se ríe y busca consuelo
en los amigos que bailan cerca, lo animaban a no flaquear en su intento.
La ruluda es buena, pero no sabe hacerle las cosas fáciles.
La noche sigue su curso, se escapan de la muchedumbre
y se van a un rincón mas tranquilo. Una mesita de bar , dos sillas y dos
almas.
El le toma la mano mientras conversan, ella espera un beso que no llega.
Y por primera vez en mucho tiempo esa otredad que se le hacia tan
esquiva le parece posible.

Después, después pasaron muchas cosas....

Yo me quedo con esta imagen.


Y aunque huyo, no me escapo...

1 comentarios:

LELÉ dijo...

bello bello bello

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