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domingo, 25 de julio de 2010

Juego profundo: la renuncia al goce


Bentham define al juego profundo como aquel en el cual lo que se arriesga
es tanto, que desde el punto de vista utilitario, es irracional que los hombres
se lancen a semejante juego. El genuino juego profundo es una
situación temeraria.
¿Pero que es lo que esta verdaderamente en juego en el juego profundo?
Lo que esta verdaderamente en juego es el status, el prestigio y la
masculinidad.
La masculinidad no como campo exento a las mujeres, algunas mujeres
podemos llegar a ser muy "masculinas" a la hora de defender nuestro
orgullo.
Toda competencia, toda provocación es en si un juego profundo. El
problema es que a veces lo que ponemos en juego es tan importante
que nos perdemos de vista. Nos perdemos de vista a nosotros mismos
y al otro.
La necesidad de tener enemigos es claramente la imposibilidad de
ver nuestras falencias y debilidades y optar por proyectarlas
en el otro y desde ahí combatirlas. "El infierno son los otros", decía
Sartre.
Quizá lo mas difícil en una persona como yo es aprender a no tener
enemigos, por que sinceramente disfruto el juego. Pero siempre
salgo lastimada. Por que aunque pretenda ser fuerte, no lo soy,
después de todo.
Soy mucho mas frágil de lo que me gustaría admitir

Y sinceramente a esta altura, no se si es un defecto.


YO no juego más!

Lo maravilloso del complejo de edipo es que aprendemos
que solo
perdiendo
logramos salir airosos de el.

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