Post 100: Así nací

Casi sin darme cuenta llegue a las 100 entradas en lo que va del año...
Este es el lienzo en donde me permito volar, delirar y mostrarme en
todas mis facetas: en mis coherencias, mis conflictos, mis enojos, mis
pasiones, mis alegrías y mis deseos.
Ciertamente esto empezó como mi necesidad de mostrarme al mundo
de otra manera, de compartir un montón de sentimientos y pensamientos.
Como bien dice Lacan: "los no incautos yerran". Yo me permiti ser incauta
por primera vez en mi vida y empecé a escribir. Así nació Elegantemente
Tarde, como un mensaje, como un llamado a tantas cosas...
Como el llanto de un recién nacido que le dice al mundo "¡Aquí estoy!"
"¡Aquí estoy... y vine para quedarme!".
Seguramente yo soy un poco lo que escribo y seguramente quisiera ser
muchas de las cosas sobre las que escribo...
Soy esa mujer que escribió mil versos, soy Tanatos en busca de Eros,
y esa reina del Nilo déspota, orgullosa pero tan sola al fin y al cabo. Soy
esa nena inocente que aun espera al padre, y esa mujer que tuvo que
hacerse fuerte a golpes. Soy la desconfiada, esa que necesita ver para
creer.
Y finalmente soy la gnóstica, que necesita creer para ver , que espera
pacientemente a que llegue el hombre con quien podrá crecer en la
virtud y compartir su vida.
Soy la que llega tarde, la que cada noche se sienta a escribir y se pierde
en su propio mundo, la chica que se ríe de sus propias desgracias, que
aprende de sus errores... muchas veces volviendo a cometerlos.
Elegantemente Tarde es todo eso, puro eclecticismo, un delirio, un caos
primordial que busca ordenar y erigir un Cosmos. Es potencia que poco
a poco se va transformando en acto. Aunque el "acto" propiamente tal
comenzó el día en que empecé a escribirlo.
Y si de alguna manera, así sencillamente, sin pretensiones puedo llegarles.
Si puedo quitarles una sonrisa, una lágrima, si puedo entretenerlos,
hacerlos pensar, o hasta enojar. Entonces ya estoy satisfecha y me siento
plena. Por que de esa manera me reconozco humana y se que aunque
llegue tarde, siempre va a haber alguien del otro lado a quien tender
mi mano.