Lo escucho a lo lejos,
empieza tímido, como
si recién se despertara
Poco a poco se va elevando
Entonces se hace clara una
melodía, una canción...
algún mensaje secreto.
No puedo evitar remitirme
al abuelo y a su casa...
cuando bajo su amparo se
reunían tantos talentos.
A la tía que canta lírico, a sus
ensayos improvisados en casa,
mientras se hacia la comida.
A la humedad del litoral...
Y a la madrina tocando Para Elisa
con dos manos, y yo azorada como
si el mismo Beethoven la estuviese
interpretando
Al amor de mi vida,
a las lágrimas que me hizo
derramar con sus vibratos.
Piano, piano, pianista,
como me llenas el alma
Y como me mata tu voz,
como me mata...
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