Oda al destino

No se puede vivir en el pasado,
repasar una y mil veces los
caminos trazados.

No se pueden comer recuerdos,
beber anécdotas, no se pueden
respirar promesas.

No se puede resucitar a
un muerto, ni cantar
a un sordo.

Tampoco se puede pedir
perdón a un fantasma, ni
llevarle flores a una sombra.

No se debe negar al padre,
ni insultar a la madre,
no, no se debe.

Y no se deben apagar las
luces, ni cerrar las puertas.

No se pueden bajar los brazos,
no se puede no asumir las
culpas.

Es inadmisible hacer caso
omiso al llamado, negarse
al destino.

No se puede dejar huérfanos
a los hijos no nacidos, ni
viudo al hombre de tu vida.

No se puede ir contra el rió,
no, no se puede.

No se puede morir,

por que aún no se ha nacido...