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lunes, 29 de noviembre de 2010

Política económica sobre el amor


La política sobre el amor que propongo es fácil, aunque
compleja. Tiene algo del liberalismo de Smith y un
toque de la Teoría de Juego de John Nash. Y por
supuesto los aportes de Sigmund Freud (otro tipo
de economista).

Pero podemos simplificarla. Omito los gráficos
y postulados matemáticos.

Puedo definirla en tres palabras: ENSAYO Y ERROR

H1:Obtener lo que uno quiere, "se puede", solo que debe
aceptarse que inevitablemente esto implicara un rodeo.

H2: Por y debido a este rodeo, el deseo que se cumple no
es al final el que se tenia primeramente.

A lo que sigue la conclusión: Lograr lo que
uno quiere es imposible.

Frente a un deseo imposible, ¿que se puede pedir?,
¿que se puede esperar?.

La pregunta correcta seria ¿que se puede aprehender?

Con cada compañero sentimental que tenemos aprendemos
algo. Esto nos guste o no, es cierto. Y lo mas importante es
que aprendemos sobre nosotros mismos. El otro es ese
interlocutor indispensable (el de la mayeutica socrática)
que saca la verdad, lo mas singular, de nosotros mismos.

Entonces, quizá el problema del amor sea en realidad un
problema de narcisismo.

¿Que nos significa a nosotros
estar con ESA persona que queremos estar?, ¿por que
es persona y no otra?. Si lo que mas cambia en el deseo
humano es el objeto sobre el cual depositamos nuestra
libido o energía.

¿Por que esa tendencia a creer que esa persona nos completara?,
¿nos hará felices?. Si cuando por fin lo logramos solo es para darnos
cuenta que esa persona no nos soluciona nada. Al contrario, nos
genera nuevas problemáticas.

Yo creo que el deseo debe ser un medio y no un fin en si mismo.
La motivación puede generar un movimiento, ser la causa, pero
el fin siempre termina siendo otro(que en un principio nos es
desconocido).

El problema es cuando el deseo se enquista, se vuelve obsesivo,
maníaco y finalmente melancólico, vaciándonos, reduciéndonos
a cenizas de nosotros mismos.

Por que al fin y al cabo mi analogía del amor con la teoría económica
no es casual. El amor también es una economía, una economía libidinal.
Nuestra libido inviste un objeto, lo idealiza, lo enaltece.

Entonces tiene que existir un equilibrio que nos permita amar,
investir, pero dejando energía suficiente para poder existir,
amarnos y valorarnos a nosotros mismos. La pasión en cuestión
de amor, aunque necesaria, puede ser devastadora.

Diciendo todo esto concluyo que debemos amar al prójimo,
pero un poco mas a nosotros mismos.

Así que levántate de esa cama, de esa silla, de ese sillón
y pensá en cual va a ser tu próximo deseo, en los caminos
que se abren, en las posibilidades infinitas que existen.
En la experiencia en si misma, mas que en los resultados.

Disfruta cada relación, cada vinculo, ama sinceramente
pero con medida. Y agradécele a ese otro por que te
ayuda a conocer mas sobre el mundo y sobre vos mismo.

Por que enaltece y engrandece tu experiencia vital.

Y respétalo como otro distinto, con defectos y virtudes,
con otros tiempos, con otros gustos... SIENDO OTRO Y
PUNTO.


Y este post empezó pum para arriba y termino siendo
una auto ayuda barata....(pero con fundamento ;D).

8 comentarios:

Nini. dijo...

Entiendo que el post es sobre un "we should all be doing this, but...", por eso mi siguiente pregunta: realmente crees que el deseo es (o deberia ser) un medio y no un fin??

MAo dijo...

SI, lo creo. De hecho esta comprobado que es así. Si el deseo (la fantasía) pudiera cumplirse entonces no habría mas que desear. El deseo funciona en medida que exista la falta. El psiquismo humano funciona en la medida que falte algo!. Así como lo ves! Besotes desde aquí!

Nini. dijo...

Pero el deseo puede ser un fin. Si el deseo se cumple, hay nuevas cosas para desear... no?

MAo dijo...

Cuénteme algún deseo que se le haya cumplido!(completamente)

Nini. dijo...

Irme a vivir sola...

Anónimo dijo...

admiro tu capacidad de poder darle esa otra vuelta a las cosas amiiga, realmente una increible reflexion la tuya!!

Anónimo dijo...

Cuando decimos "deseo" decimos "deseos". En un mundo en donde no existiera la muerte, tal vez, no habría deseos. Ser inmortal tiene sus desventajas; nada se pierde, lo concretamos todo, no existiría el amor, y por supuesto no tendriamos un motor para encontrarle algún sentido a esta vida. El amor es uno de esos motores, que incluye el deseo.
Me gustaría que existiera una forma de economía del amor marxista, pero solo serviría para encontrarle los errores a la economía liberal del amor, que no puede ser otra. Es interesante tu reflexión y coincido con ella. Un saludo

MAo dijo...

Amigo, hacia mucho tiempo no sabia de vos, gracias por tan lindo comentario! Siempre sagaz, inteligente y cariñoso. Besos enormes!

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