El arte de lo verdadero

Estoy a donde no quiero estar, con gente

que me da igual. Y si me voy?

Y si me quedo? que mas da?

Yo quiero salir corriendo.

Las conversaciones ya me dan igual...

Y la soledad, esa que me acecha, desde mas

allá, desde tan acá.

Yo tengo el arte clavado en el pecho,

me brota, me sale, me corre en el cuerpo.

Andar demostrando, andarse mostrando...

garpa.

No, yo no garpo. Yo soy de otro palo.

Por que yo no me hago la puta, yo

soy puta. Yo no me hago la inocente,

yo a la inocencia la tengo.

Pareciera ser que parecer (padecer) vale.

Mostrar, para no entregar. Simular para

no resignar. Disimular, para no sentir.

Yo no disimulo, yo no simulo, yo no

muestro. Yo entrego, yo resigno,

YO SIENTO.

Y a veces lo verdadero es que no

siento y que me quiero ir a la mierda.

Y lo hago!.

Es que ya no vale lo verdadero. Hay

que hacerse un personaje, uno de novela,

(una de Cohelo).

Así es el arte de lo verdadero, un arte

que no garpa y que tiene pocos seguidores.

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